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domingo, 22 de diciembre de 2013

El pirineu és...


El sentido del reparto

Una terrible hambruna se había abatido sobre el país y una gran parte de la población estaba abocada a la muerte en medio de la miseria.
Sin embargo, los ricos, que se habían preocupado de llenar sus graneros y sus bodegas, seguían disfrutando de una vida próspera.
La mujer de Nasrudin dijo entonces a su marido:
-¡Es una vergüenza! ¡La mitad de los habitantes son ricos o tienen una situación acomodada mientras que la otra mitad no tiene ni siquiera con qué alimentarse! ¡Los niños se consumen y mueren! ¡Hasta las ratas de los pobres pasan hambre! ¿No puedes hacer nada?
-¿Qué quieres que haga?
-¿No podrías convencer a los ricos para que compartan con los pobres? Tú, cuya pericia todo el mundo alaba, ¿no podrías intentar establecer un mecanismo de solidaridad, de ayuda mutua?
-Mujer, tienes razón -dijo Nasrudin-. Ahora mismo me pongo a ello.
Nasrudin salió de casa y no volvió hasta cinco o seis días más tarde. Parecía agotado. Apenas podía hablar.
-Así que -le preguntó su mujer- ¿has cumplido tu misión?
-Sí, la he cumplido -respondió Nasrudin.
-¿Has conseguido convencerlos de que acepten un reparto justo?
-Lo he conseguido. Lo he conseguido a medias.
-¿Qué significa a medias?
-Sí, he convencido a los pobres.