Madre no hay más que una
Mamá se fue por Camarioca. Insistió en reunirse con
sus hijos en Miami, pero no reparó en que me dejaba a mí detrás. Verdad que
estoy casado pero una madre es siempre una madre. La mujer es la mujer pero en
último término es siempre útil y si te duele la cabeza o coges un catarro
viene a la cama con un cocimiento o te trae una aspirina. Bueno, sí, cuando
había aspirinas. Ahora si te duele la cabeza el remedio que te dan es duélele
tú a ella, que es estúpido como remedio pero es la dura realidad. No que a mí
me duela la cabeza a menudo, a quien le duele es a Eneida. Sí, así se llama mi
mujer. Hace mucho tiempo que le expliqué que nadie se llama como un poema
antiguo. Pero ella insiste que ése es su nombre, el que le dio su madre que en
paz descanse. En todo caso una mujer, no importa el nombre, no es una madre. A
Eneida le molesta tanto lo que ella llama mi filosofía, que no es la primera
vez que me dice que debía haberme casado con mi madre. Lo que es una herejía.
El incesto, tener relaciones con tu madre, me parece abominable, sin siquiera
hablar de sexo.
Todo comenzó cuando
Eneida empezó a sentir más que dolores de cabeza. Era una debilidad general y
por supuesto no había nada que hacer excepto hacer que se sentara primero y
que se acostara después. Pero, dijo ella sin preguntarlo, quién se haría cargo
de la casa. No habría mucho que comer pero lo poco que había había que hacerlo,
es decir cocinar pero como no había grasas ni aceite no tenía que pensar en
freír. Tampoco asará nada porque no había nada que asar: ni carne ni pescado.
Ella no se quejaba de la carencia, solamente de su debilitamiento.
Todo continuó con sus desmayos y vahídos.
Vino el médico, la vio y decretó más que diagnosticó:
«Falta de vitaminas», luego explicó:
«La vitamina es la fuente de la vida. Viene de vita, y mina, que ya
sabe usted». Yo sabía, claro que sabía, pero lo que no sabía era dónde
encontrar las vitaminas. ¡Si no había siquiera aspirinas! Menos mal que no le
dolían las muelas, porque de tener dolor y el dentista decir que había que
sacar la pieza, pero sin anestesia, porque no había anestésicos y había que
pedidos a la FE (familia en el Exterior) y llevar cada uno su anestesia al
visitar al dentista.
Fue idea de Eneida traer las vitaminas de donde se
traía la anestesia: de Miami. Pedirle, ordenó más que sugirió, a mi hermano en
Miami por una ración (como si estuviéramos en una fonda de antes) de
vitaminas. Escribí la carta y la mandé con la esperanza de que no llegara
nunca, pero lo que es peor, llegó la carta con mi petición porque a las pocas
semanas (la llegada de cartas del exterior siempre se mide en semanas de
espera) vino la carta respuesta. Es decir vinieron las vitaminas sin ninguna
explicación ni panfleto de instrucciones. Eneida se sintió mejor desde la
llegada del frasco con vitaminas en polvo y la tomó ávida de la vida como si el
polvo fuera un filtro de amor. Inclusive se dejó acariciar por mí y fuimos una
o dos veces a la cama juntos. Pero antes de que se acabara el frasco con
vitamina se acabó la mina de vida. Vino en la forma de carta de mi hermano que
nunca escribía. Se la voy a leer a ustedes sin quitar punto ni coma -que mi hermano,
por otra parte, no sabía dónde ponerlos.
He aquí su carta:
«Querido hermano,
espero que esta carta te encuentre bien en unión de los tuyos. Debía haberte
escrito junto al envío pero la nota que te hice adjunta de alguna manera se
perdió.»
Mi hermano siempre ha
sido circunspecto y amigo del rodeo, pero continuó:
«El frasco fue el más
grande que encontré que no despertara sospechas.»
¿De qué sospechas habla?
«Pude hacerlo pasar como vitamina en polvo.»
¿Hacerlo pasar por dónde?
«Confío en que llegara intacto. De ser así quisiera
que no las cambiaras de contenedor.»
¿Cómo comer vitaminas sin abrir el frasco?
«Quisiéramos además que las mantuvieras en un lugar seco y oscuro.»
¿De qué habla?
«Ya cuando
volvamos toda la familia o lo que quede de ella podremos reunirnos para
esparcirlas por la casa vieja, si es que todavía vives en ella.»
¿Esparcir qué? ¿Esparcir las vitaminas después de
guardarlas? ¿Pero no sabe que las vitaminas son para tomarlas Eneida?
«Esas cenizas deben ser sagradas.»
¿Cenizas? ¿Sagradas? ¿Cenizas sagradas?
«Pues su última voluntad fue ser cremada y sus cenizas
enviadas a ti en Cuba.»
¿Cenizas sagradas? ¿Habré leído bien?
«Pues fue su última voluntad.»
¿Voluntad de quién? ¿La última voluntad de mamá?
«De ser cremada y enviadas las cenizas a Cuba.»
Entonces, ¿lo que contenía el frasco de vitaminas no
eran vitaminas? Entonces, entonces -mi mujer se comió a mi mamá. A sus cenizas
como vitaminas. Eneida convirtió a mi madre en fuente de vida. Mi mujer se
comió a mi mamá. Mi mujer se comió a mi madre ayer. ¿O fue antier?
(Guillermo Cabrera Infante)